miércoles, 23 de diciembre de 2009

Feliz Navidad a tod@s









Entre las cosas mas sencillas y cotidianas, se esconden miles de gotas de felicidad, abre las manos y deja que se te llenen de sueños.




viernes, 18 de diciembre de 2009

Siempre estare aqui




Y llegas fugitiva en un arcoíris te deslizas, traviesa me tumbas contra el mundo a mirar las estrellas, juntos allí sentimos que no existe ni inicio ni fin.
Entre nubes y acompañados de estrellas, me cuentas esas historias que entre miradas y silencios, cada día hace más intenso este deseo por seguir fundido en tí.
He intento huir a esa batalla que debo enfrentar, mientras sujetas con fuerza mis alas pidiendo que no olvide, esta felicidad que hoy con nosotros vive.
Volver dijo el ángel, te acompañare mientras duermo y sé que tú me llevaras siempre en tu recuerdo, respondio con su mirada mi dulce hada, al ver extender mis alas casi a punto de llorar.
Dije por ultimo mirandola: Algunas lunas te acompañaran y otros soles te mimaran pero siempre estare ahi, fueron los últimos silencios que me oyó pronunciar.

Angel

jueves, 17 de diciembre de 2009

Una mala pasada




"En ocasiones, cuando más ajeno estás a todo, cuando menos esperas que ocurra algo que altere tu vida, el destino decide jugarte una, mala pasada y te golpea en la cara con guante de hierro. Entonces miras a tu alrededor, desconcertado, y te preguntas por dónde vino el golpe y qué ha pasado exactamente para que el suelo se esté hundiendo bajo tus pies. Darías lo que fuera por borrar lo que ha sucedido, añoras tu normalidad, tus viejas costumbres, quisieras que todo volviera a ser como antes.. Pero ese antes es otra vida, una vida a la que, incomprensiblemente, ya no puedes regresar."

"El origen perdido"

Matilde Asensi

martes, 15 de diciembre de 2009

Los colores del Arco Iris


Erase una vez en que los colores del mundo comenzaron a reñir. Todos reclamaban que ellos eran el mejor, el más importante, el más útil, y el favorito.

El Verde dijo, "Claramente yo soy el más importante. Soy el signo de vida y de esperanza. Fui escogido para el pasto, los árboles y las hojas. Sin mí, todos los animales morirían. Miren el campo y verán que yo estoy en la mayoría.

"El Azul interrumpió, "Ustedes solo piensan de la tierra, pero consideren los cielos y el mar. Es el agua la que es la base de la vida y es elevada por las nubes del mar profundo. El cielo da espacio y paz y serenidad, sin mi paz Ustedes todos serían nada.

"El Amarillo se rió, "Ustedes son todos tan serios. Yo traigo risa, regocijo, y calor al mundo. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que mire un girasol el mundo entero empieza a reír. Sin mí no habría diversión.

"El Naranja próximo empezó a tocar su trompeta. "Yo soy el color de la salud y la fortaleza. Puedo ser escaso, pero soy precioso porque sirvo las necesidades de la vida humana. Llevo las más importantes vitaminas. Piensen en las zanahorias, las calabazas, naranjas, mangos, y papayas. Yo no ando rondando por ahí todo el tiempo, sino cuando lleno el cielo a la salida y puesta del sol, mi belleza es tan notable que ninguno da otro pensamiento a ninguno de Ustedes.

"El Rojo no podía aguantar por más tiempo, gritó, "Yo soy el regente de todos Ustedes! Soy sangre — la sangre de la vida! Soy el color de la valentía. estoy dispuesto a pelear por una causa. Traigo fuego en la sangre. Sin mí, la tierra estaría tan vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor, la rosa roja, la poinsetia y la amapola.

"El Púrpura se levantó a su plena altura. Era muy alto y habló con gran pompa. "Soy el color de la realeza y del poder. Los reyes, jefes, y obispos me han siempre escogido a mí, porque soy el signo de autoridad y sabiduría. La gente no me cuestiona! ellos escuchan y obedecen.

"Y así los colores fueron jactándose, cada uno convencido de su propia superioridad. Su riña se puso cada vez más ruidosa. Súbitamente hubo un relámpago de luz brillante, el trueno tronó y retumbó.La lluvia empezó a caer sin clemencia.

Los colores se agacharon de miedo, acercándose los unos a los otros para confortarse. En medio del clamor, la lluvia empezó a hablar:

"Ustedes tontos colores, peleándose entre Ustedes, cada uno tratando de dominar al resto. ¿No saben que cada uno de Ustedes fue hecho con un propósito especial, único y diferente? Únanse de las manos y vengan conmigo."
Haciendo como a ellos se les dijo los colores unieron sus manos. La lluvia continuó: "desde ahora en adelante, cuando llueva, cada uno de Ustedes se estirará a través del cielo en un gran arco de color como un recordatorio de que Ustedes todos pueden vivir en paz.

El Arco Iris es un signo de esperanza para el mañana.

"Y así, siempre que una buena lluvia lava al mundo, y un arco iris aparece en el cielo, recordemos en apreciarnos los unos a los otros.


jueves, 10 de diciembre de 2009

Animarse a volar




..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita?
Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.
Jorge Bucay

martes, 8 de diciembre de 2009

Un ángel a tu lado




Ojalá siempre tengas un ángel a tu lado
velando por ti en todo lo que haces;
recordándote que continúes creyendo
en los días más felices;
encontrando las maneras de hacer realidad
tus deseos y tus sueños;
dándote esperanzas tan reales como el sol;
otorgándote la fuerza de la serenidad como guía;

Ojalá siempre tengas amor, aliento y coraje;
ojalá siempre tengas un ángel a tu lado.

Alguien que te sostenga si te caes, alentando tus sueños;
trayéndote felicidad, sosteniendo tu mano y ayudándote
a avanzar por la vida, a lo largo de todos los días de
nuestras vida, que están en permanente cambio.

Afluyen lágrimas tanto como sonrisas
al avanzar por las carreteras de tu travesía;
ojalá los kilómetros que dejes atrás sean mil veces
más entrañables que solitarios.

Ojalá te dejen regalos que jamás tengan fin,
alguien maravilloso a quien amar,
y un amigo del alma en quien confiar.

Ojalá tengas un arco iris después de cada tormenta.
Ojalá tengas esperanzas que te mantengan cobijado y a salvo.
Y ojalá siempre tengas un Ángel a tu lado.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Amarse con los ojos abiertos


Quizás la expectativa de felicidad instantánea que solemos endilgarle al vínculo de pareja, este deseo de exultancia, se deba a un estiramiento ilusorio del instante de enamoramiento.
Cuando uno se enamora en realidad no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla donde el enamorado proyecta sus aspectos idealizados.

Los sentimientos, a diferencia de las pasiones, son más duraderos y están anclados a la percepción de la realidad externa. La construcción del amor empieza cuando puedo ver al que tengo enfrente, cuando descubro al otro.
Es allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento.
Pasado ese momento inicial comienzan a salir a la luz las peores partes mías que también proyecto en él.

Amar a alguien es el desafío de deshacer aquellas proyecciones para relacionarse verdaderamente con el otro. Este proceso no es fácil, pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran.
Hablamos del amor en el sentido de "que nos importa el bienestar del otro".
Nada más y nada menos.

El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiarlo.
Más importante que la manera de ser del otro, importa el bienestar que siento a su lado y su bienestar al lado mío. El placer de estar con alguien que se ocupa de que uno esté bien, que percibe lo que necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso hace al amor.
Una pareja es más que una decisión, es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a otro de una manera diferente. Podría decir que desde el placer de estar con otro tomamos la decisión de compartir gran parte de nuestra vida con esa persona y descubrimos el gusto de estar juntos.

Aunque es necesario saber que encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también hace falta que esa persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de hecho sea una eficaz ayuda en nuestro crecimiento personal.
Welwood dice que el verdadero amor existe cuando amamos por lo que sabemos que esa persona puede llegar a ser, no solo por lo que es.
"El enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es en realidad reconocida como verdaderamente otra, sino más bien sentida e interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la versión masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen idealizada de lo que uno quisiera ser.

En el enamoramiento hay un yo me amo al verme reflejado en vos." Mauricio Abadi.

Enamorarse es amar las coincidencias, y amar es enamorarse de las diferencias.
Jorge Bucay

lunes, 30 de noviembre de 2009

Con el tiempo...




APRENDERÁS...
Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre
dar la mano y socorrer a un alma...
Y aprenderás que
amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre
significa seguridad...
Comenzaras a aprender que los besos no son contratos,
ni regalos, ni promesas...
Comenzarás a aceptar tus
derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente,
con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un
niño...
Y aprenderás a construir hoy todos tus
caminos, porque el terreno de mañana es incierto para
los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer
en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema sí te
expones demasiado...
Aceptarás que incluso las
personas buenas podrían herirte alguna vez y
necesitarás perdonarlas...
Aprenderás que hablar
puede aliviar los dolores del alma...
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos
segundos destruirla,
y que tu también podrás hacer
cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida...
Aprenderás que las verdaderas amistades continúan
creciendo a pesar de las distancias...
Y que no importa
que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida...
Y que los buenos amigos son la familia que nos
permitimos elegir...
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, sí
estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian...
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con
tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada,
solo por el placer de disfrutar su compañía...
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las
personas que más te importan y por eso siempre debemos
decir a esas personas que las amamos, porque nunca
estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las
veamos...
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que
nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero
nosotros somos los únicos responsables de lo que
hacemos...
Comenzarás a aprender que no nos debemos
comparar con los demás, salvo cuando queramos
imitarlos para mejorar...
Descubrirás que se lleva mucho tiempo
para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el
tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a
donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar
sirve...
Aprenderás que si no controlas tus actos,
ellos te controlaran y que ser flexible no significa ser débil
o no tener personalidad,
porque no importa cuan
delicada y frágil sea una situación:
siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo
que era necesario, enfrentando las consecuencias...
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas
que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las
pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene mas que ver con lo que has aprendido de
las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo
que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus
sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan
humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque
le estarás quitando la esperanza...
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a
tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel...
Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la
forma que quieres, no significa que no te ame con todo
lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero
que no saben como demostrarlo...
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien,
algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti
mismo...
Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas,
también serás juzgado y en algún momento condenado...
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu
corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo
arregles...
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver
hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio
jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que
alguien te traiga flores.
Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que
puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho
mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se
podía más.
Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor
de ¡enfrentarla!
Borges

viernes, 27 de noviembre de 2009

Reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres mujeres


I

El hombre que me ame deberá saber descorrer las cortinas de la piel,encontrar la profundidad de mis ojos y conocer lo que anida en mí,la golondrina transparente de la ternura.

II

El hombre que me ame no querrá poseerme como una mercancía,ni exhibirme como un trofeo de caza,sabrá estar a mi lado con el mismo amor conque yo estaré al lado suyo.

III

El amor del hombre que me ame será fuerte como los árboles de ceibo,protector y seguro como ellos,limpio como una mañana de diciembre.

IV

El hombre que me ameno dudará de mi sonrisa ni temerá la abundancia de mi pelo,respetará la tristeza, el silencio y con caricias tocará mi vientre como guitarra para que brote música y alegría desde el fondo de mi cuerpo.

V

El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones,la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI

El hombre que me ame hará poesía con su vida,construyendo cada día con la mirada puesta en el futuro.

VII

Por sobre todas las cosas,el hombre que me ame deberá amar al pueblo no como una abstracta palabra sacada de la manga,sino como algo real, concreto,ante quien rendir homenaje con acciones y dar la vida si es necesario.

VIII

El hombre que me ame reconocerá mi rostro en la trinchera rodilla en tierra me amará mientras los dos disparamos juntos contra el enemigo.

IX

El amor de mi hombreno conocerá el miedo a la entrega,ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes.Podrá gritar -te quiero-o hacer rótulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el más hermoso y humano de los sentimientos.

X

El amor de mi hombre no le huirá a las cocinas,ni a los pañales del hijo,será como un viento fresco llevándose entre nubes de sueño y de pasado,las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados como seres de distinta estatura.

XI

El amor de mi hombre no querrá rotularme y etiquetarme,me dará aire, espacio,alimento para crecer y ser mejor,como una Revolución que hace de cada día el comienzo de una nueva victoria.

Gioconda Belli

Nadie como tu



Nadie que no fueses tú podría haber despertado mi corazón dormido, devolviéndole el deseo de amar.
Nadie que no fueses tú habría podido hacer de mi alma su morada, abrigándola con amor.
Nadie que no fueses tú habría hecho que desease morir de amor, para volver a nacer y amarte una y otra vez.
Nadie que no fueses tú podría hacer de mis noches oscuras, los sueños tan brillantes.
Nadie que no fueses tú habría encendido la pasión en mí, haciéndome desear con intensidad llegar a tus labios.
Nadie que no fueses tú haría que todo mi cuerpo vibrase, tan solo con oír tu voz.
Nadie que no fueses tú habría hecho que cada día al despuntar el sol, lo reciba con una sonrisa de felicidad.
Nadie que no fueses tú habría conseguido que desee mil veces la soledad.
Nadie que no fueses tú, habría conseguido que las lágrimas de mis ojos volviesen a brotar de tristeza y felicidad.
Nadie que no fueses tú haría que te buscase en cada nota, en cada melodía, en cada canción.
Nadie que no fueses tú haría de mis momentos si ti, una tortura eterna donde la tristeza se apodera de mí.
Nadie que no fueses tú porque no hay nadie cómo tú, de quien yo hubiese podido enamorarme.
Nadie que no fueses tú porque no hay nadie, nadie cómo tú.
Nadie como tú para abrazarme fuertemente y amarme tiernamente toda la noche.
Nadie como tú para ser parte de los secretos de mi corazón.
Nadie como tú para compartir cada beso que me llena de felicidad y nadie como yo para vivir un amor cada día más especial.
Para mí nunca habrá nadie como tú.
Nadie será como tú, pues tienes el don de cambiarme cualquier día.
Sólo tú, como un ángel del cielo, eres el que estas en mi sueños y ocupas mis desvelos.
Eres tú con sonrisa divina, el que es dueño de mi vida e inspirador de mis fantasías.
Eres tú con mirada profunda, quien mis pensamientos inunda.
Si tú supieras que desde que te conocí, mi vida cambió por completo.
Si tú supieras que mi corazón solo late por ti y lo único que anhela es contigo estar.
Si tú supieras que tu nombre corre por mi sangre.
Si tú supieras que por ti llegaría a lo imposible y daría hasta mi vida de ser necesaria.
Las ansias de estar contigo, crean en mí una necesidad más grande que el agua o el mismo aire que respiro.
Si tú supieras que yo sólo vivo para ti, desde el momento en que te conocí…
Te Quiero.

Gara&Carlos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Viajar en el arco iris



Quiero viajar en el arco iris,

recoger pedazos de su verdes y de su rojos.

Verdes, para fortalecer la esperanza de nuestro amor,

rojos, para asegurar el tiempo de la pasión.

Quiero ser materia volátil de nube,

reunir en copas de cristal colirios de lluvia,

atrapar rayos de sol en jaulas de oro.

Colirios, por si se seca la vista perfecta de nuestra devoción,

rayos de sol, para devolvernos la ilusión.

Nos amamos en verbos ya conjugados,

nos amamos en pretéritos perfectos y en partículas de instante,

quiero tener presente la memoria del pasado,

doblar en lazos de encaje los flecos de tus sonrisas,

descubrir en cada espejo la estela de tus miradas.
lo re1

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Carta a un maltratador


Carta a un maltratador Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica'


Para ti, cabrón:
Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado… porque la has maltratado.

¿Por qué la maltratas?

Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras…

Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable.

¿De qué se queja?
Te lo diré:

Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe… La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría.
Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras.

No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera.

Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio.

Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos.

En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata?

La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías.

Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender.
Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta.

Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo.

Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó.

¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar.

Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada.
Me puse contento antes de tiempo.
Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez…
Y sucedió.
Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre.
Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.
Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida.
Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino.

Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil.

Una alimaña.

Un cabrón.



martes, 24 de noviembre de 2009

Sonrie




Sonríe, aunque sientas dolor en tus entrañas

aunque odio y rencor sobre tu cuerpo caigan.

Que del fuerte es el último recurso

cuando las fuerzas físicas fallan.

Sonríe, que una sonrisa demuestra

el temple y el honor de los que dan la batalla.


Sonríe, aunque miles de puñales sobre tu espalda caigan.

Que mientras haya una sonrisa en ti

es símbolo de la fuerza y voluntad de acero

que tienen aquellos que saben comportarse en las batallas.


Sonríe, que es el arma poderosa contra la envidia

y el placer mundano.

Es el bálsamo que reconstruye el alma

es la gracia que Dios nos ha brindado

para enfrentarnos al Sol cada mañana.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Creer en el ser humano




Siempre pensé que había pasado la edad de la inocencia, hace ya… muchos años.

Pero no... ¡qué va!.

La diferencia reside en que, cuando eres niña, hasta donde alcanzas a comprender, todo te parece bello y las cosas son así, porque te dicen que son así.

Sin preguntas.

Sin darle vueltas.

Te vas haciendo mayor y entonces, cuando realmente te das cuenta de que el río no sólo es transparente, que el río también tiene piedras y se transforma en turbio... tiras del hilo de la imaginación, esa que te hace regresar a la inocencia que yace no sé por dónde;

pero yace, quizás acurrucada en algún lugar a modo de fuerte, para no ser atacada.

Y vuelves a creer en el ser humano… vuelves a soñar pensando:
Si no te han saludado, es porque no te vieron.

Si no te dicen cosas bonitas, es porque no les gustas.

Si no te dan un abrazo, es porque no tienes brazos lo suficientemente largos para responder.

Si no te susurran es porque no encuentran palabras.

Y si hablan demasiado, porque su garganta necesita desahogo.
Sí… vuelves a tirar de la inocencia como refugio, para que el corazón, no se parta de pena.

Celia

sábado, 21 de noviembre de 2009

Rima XLVI



Me ha herido recatándose en las sombras,
sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
partióme a sangre fría el corazón.
Y ella prosigue alegre su camino,
feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
Porque no brota sangre de la herida,
porque el muerto está en pie.

Gustavo Adolfo Béquer

martes, 17 de noviembre de 2009

Decidi




Y así, después de esperar tanto,
un día como cualquier otro decidí triunfar.

Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades,
y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.

Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar.

Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.

Me dejó de importar quién ganara o perdiera,
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener,
es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento:
"el amor es una filosofía de vida".

Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados
y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.

Aprendí que de nada sirve ser luz
si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas...

Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad,
desde aquel día ya no duermo para descansar...
ahora simplemente duermo para soñar.

Walt Disney


domingo, 15 de noviembre de 2009

Once minutos





"Buscamos nuestro infierno, llevamos milenios construyéndolo, y después de mucho esfuerzo, ahora podemos vivir de la peor manera posible."

"¿Cómo entra la luz en una persona? Si la puerta del amor está abierta."

"El amor más fuerte es aquél que puede mostrar su fragilidad."

"El amor no está en el otro, está dentro de nosotros mísmos; nosotros lo despertamos. Pero para que despierte necesitamos del otro.

"El dolor está en nuestra vida cotidiana, en el sufrimiento escondido, en la renuncia que hacemos y culpamos al amor por la derrota de nuestros sueños."

"Solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él."

"Todo aquello que vaya contra la naturaleza, contra nuestros deseos más íntimos, todo eso es normal a nuestros ojos, aunque parezca una aberracion a los ojos de Dios."

"El sufrimiento,una vez encarado sin temor, era su pasaporte hacia la libertad."

"En todas las lenguas del mundo hay un mísmo dicho: ojos que no ven, corazón que no siente. Pues yo afirmo que no hay nada más falso que eso; cuánto más lejos, más cerca del corazón están los sentimientos que intentamos sofocar y olvidar."

"La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos."

"Los errores son una manera de reaccionar."

"La vida siempre espera situaciones críticas para mostrar su lado brillante."

"Me sentí herida cuando perdí a los hombres de los que me enamoré. Hoy, estoy convencida de que nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie. Ésa es la verdadera experiencia de la libertad: tener lo más importante del mundo, sin poseerlo."

"Hay un momento para dejarlo todo."

"La búsqueda de la alegría es más importante que la necesidad del dolor."
 


La Alegoría del Carruaje

Leyendo “El camino de la autodependencia” de Jorge Bucay…

“Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice:
—Salí a la calle que hay un regalo para vos.


Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy “chic”.



Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo… todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.



Entonces miro por la ventana y veo “el paisaje”: de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino… y digo: “¡Qué bárbaro este regalo! Qué bien, qué lindo…” Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.



Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo. Me pregunto: “¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?” Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada. De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome:


—¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?


Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.


—Le faltan los caballos —me dice antes que llegue a preguntarle.


Por eso veo siempre lo mismo —pienso—, por eso me parece aburrido…


—Cierto —digo yo.



Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro grito:


—¡¡Eaaaaa!!

El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende. Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales. Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.


Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso. Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.



En ese momento, veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto:


—¡Qué me hizo!


Me grita:


—¡Te falta el cochero!


—¡Ah! —digo yo.


Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar a un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.


Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero adónde quiero ir. El conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta. Yo… Yo disfruto del viaje.



Esta pequeña alegoría debería servirnos para entender el concepto holístico del ser. Hemos nacido, salido de nuestra “casa” y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo. Un carruaje diseñado especialmente para cada uno de nosotros. Un vehículo capaz de adaptarse a los cambios con el paso del tiempo, pero que será el mismo durante todo el viaje.



A poco de nacer, nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje —el cuerpo— no serviría para nada si no tuviese caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.



Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llevaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es cuando aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente. Ese cochero manejará nuestro mejor tránsito.


Hay que saber que cada uno de nosotros es por lo menos los tres personajes que intervienen allí. Vos sos el carruaje, sos los caballos y sos el cochero durante todo el camino, que es tu propia vida.


La armonía deberás construirla con todas estas partes, cuidando de no dejar de ocuparte de ninguno de estos tres protagonistas…”



Jorge Bucay

viernes, 13 de noviembre de 2009

Oda al gato




Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
Pablo Neruda


No son más silenciosos los espejos

ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.
Borges


 

 mi gatita, Fina

jueves, 12 de noviembre de 2009

A Margarita Debayle



 
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.




Éste era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.


Una tarde la princesa
vió una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.


Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fué la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.



Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.


Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?"


La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
"Fuí a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad."

Y el rey clama: "¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar."


Y dice ella: "No hubo intento;
yo me fuí no sé por qué;
por las olas y en el viento
fuí a la estrella y la corté."


Y el papá dice enojado:
"Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver."

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: "En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí."


Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.


Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

Ruben Dario

martes, 10 de noviembre de 2009

Porque amamos a los hombres









Una amiga mía, Julia, me envió un texto sobre el tema de este artículo. Cuando quise entrar en contacto con ella para saber si era de su autoría, ella ya había viajado y no sé exactamente cuándo va a regresar.
Busqué en Internet y ¿saben lo que descubrí? ¡Que existen varios grupos de discusión sobre el asunto! Lo que quiere decir que las mujeres de hoy están buscando razones para enamorarse de personas del otro sexo. Desde mi condición de hombre, que está de acuerdo con algunas de estas razones, he realizado una lista basada en lo que leí:





Amamos a los hombres porque no consiguen fingir un orgasmo, aunque quieran.
Porque jamás nos van a entender, y aun así lo siguen intentando.

Porque todavía nos encuentran atractivas cuando nosotras mismas ya no conseguimos creérnoslo.

Porque saben de ecuaciones, de política, de matemáticas, de economía, pero no saben nada del corazón femenino.


Porque son amantes que sólo descansan cuando alcanzamos (o fingimos) placer.





Porque han conseguido elevar el deporte a algo parecido a una religión.
Porque nunca les da miedo la oscuridad.

Porque se empeñan en arreglar cosas con problemas que están más allá de sus habilidades, y se dedican a ello con entusiasmo adolescente, y se desesperan cuando no lo consiguen.

Porque son como las granadas: la mayor parte es imposible de digerir, pero las semillas son deliciosas.





Porque jamás se paran a considerar lo que pensará el vecino.
Porque siempre sabemos lo que están pensando, y cuando abren la boca dicen exactamente lo que imaginábamos.

Porque jamás les pasó por la cabeza martirizarse con tacones altos.

Porque les encanta explorar nuestro cuerpo, y conquistar nuestra alma.





Porque una chiquilla de 14 años puede dejarlos sin argumentos, y una mujer de 25 consigue domarlos sin mucho esfuerzo.
Porque siempre les atraen los extremos: opulentos o ascéticos, guerreros o monjes, artistas o generales.

Porque son capaces de hacer cualquier cosa por esconder su fragilidad.

Porque el mayor miedo de un hombre es no ser un hombre -lo cual nunca le pasaría a una mujer por la mente (no ser una mujer).





Porque siempre se terminan toda la comida del plato, y no se sienten culpables por ello.
Porque les parecen interesantísimos ciertos temas sin gracia ninguna, como lo que les ocurrió en el trabajo, o las características de los coches.

Porque están dotados de hombros en los que conseguimos dormir sin mucho esfuerzo.

Porque están en paz con sus cuerpos, a excepción de pequeñas e insignificantes preocupaciones con la calvicie y la obesidad.





Porque son asombrosamente valientes ante los insectos.
Porque nunca mienten sobre su edad.

Porque a pesar de todo lo que intentan demostrar, no consiguen vivir sin una mujer.

Porque cuando a uno de ellos le decimos "te quiero", siempre pide que le detallemos cuánto.





Kristen, una lectora, afirma que no sabemos absolutamente nada sobre la naturaleza femenina, y elabora la lista que viene a continuación:



1 - Nosotras, las mujeres, ya nacemos detectives. A nuestros ojos, todos los hombres son sospechosos, y sus aventuras acabarán siendo descubiertas; es sólo cuestión de tiempo.
2 - Aunque no estemos enamoradas de ti, escuchar un "te quiero" es siempre un bálsamo para nuestras almas. Y si no nos lo dices, nos vamos a dar cuenta y nos pondremos tristes.





3 - Nos pasa lo mismo con "¡qué guapa estás!". Se tarda menos de dos segundos en pronunciar estas tres palabras mágicas, capaces de transformar nuestras pesadillas en verdaderos cuentos de hadas.
4 - Si te preguntamos qué ropa nos ponemos, no te enfades si al final decidimos vestirnos justo con lo opuesto de lo que elegiste: forma parte de nuestra naturaleza.
5 - En una fiesta, somos capaces de escanear el salón en menos de un minuto, y saber quién nos interesa. Estate atento.





6 - Pensamos en sexo con la misma compulsión que los hombres, si no más. La única diferencia es que no lo demostramos.
7 - Si, nada más conocernos, nos invitas a cenar y no aceptamos inmediatamente, no te preocupes; es que necesitamos unos días para perder los kilos sobrantes que, según creemos, nos arruinan constantemente las vidas.

8 - Las mujeres siempre se acuerdan de todo. Si preguntas cuándo nos conocimos, ninguna de nostras va a decir: "En una fiesta", sino: "fue un martes, justo después de una cena en la que nos sirvieron ensalada y un guiso de pollo, tú llevabas chaqueta negra y tus zapatos eran de la marca tal, etc."





9 - Por mucho amor que seamos capaces de dar, hay siete días en los que preferimos estar lejos de todo y de todos. En esos casos, tienes dos opciones: atarte a un poste y esperar a que pase la tempestad, o correr a la joyería más cercana y comprarnos un regalo. Recomendamos la segunda opción.
10 - Tenemos el mismo poder de raciocinio que los hombres, pero es mejor que no lo notes, o empezarás a sentirte inseguro. Las mujeres que lo dejaron demasiado claro acabaron solas.

11 - Nos encanta cualquier tipo de pelo en el cuerpo masculino, aunque la depilación sea nuestra tortura favorita.





12 - Detestamos hacer el amor cuando no tenemos ganas, pero lo haremos de todas formas, y tú no te darás ni cuenta.
13 - Juega con nuestros animales domésticos y con nuestros niños, y jugaremos contigo. Ignóralos, y nosotras te ignoraremos a ti también.

14 - Las mujeres disponen de una visión de rayos X. Podemos mirar hacia unos ojos negros y duros, y descubrir al niño que hay en el fondo, y podemos también fijarnos en unos angelicales ojos azules, y encontrar al demonio que se esconde tras ellos. Sabemos cuándo un hombre finge que duerme de cansancio, o (lo que es aún más evidente), cuándo finge no estar durmiendo con otra persona.




15 - No todas las mujeres quieren casarse y tener hijos. Muchas sólo desean orgasmos y animales domésticos.
16 - La delicadeza, cuando es genuina, es capaz de derretir nuestros empedernidos corazones.

17 - Si tenemos que discutir algo contigo, no quieras darnos la solución: nosotras ya la tenemos. Se trata apenas de un pretexto para evitar que la relación se convierta en algo aburrido.








Paulo Cohelo