A una avenida de madréporas da.
Un gran pez de oro, a las cinco, me viene a saludar.
Me trae un rojo ramo de flores de coral.
Duermo en una cama un poco más azul que el mar.
Un pulpo me hace guiños a través del cristal.
En el bosque verde que me circunda
-din don... din dan
- se balancean y cantan las sirenas
de nácar verdemar.
Y sobre mi cabeza arden,
en el crepúsculo, l
as erizadas puntas del mar.
(Alfonsina Storni)
1 comentario:
Precioso....tienes muy buen gusto Lunallena....hasta pronto.
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