miércoles, 12 de agosto de 2009

Las perseidas




Suele contar la leyenda popular que hoy, día de San Lorenzo, es el "día mas caluroso del año". Nada más lejos de la realidad.
Hace calor, pero muy normalito.
Lo propio de las calendas agosteñas
A esta bonanza se han unido los vientos variantes de suroeste y en otras zonas, de levante, con el suave sabor a sal, palmito y arena mojada.
Pero hoy es también un día para el disfrute, para la fiesta.(Algún día contaré lo que decía Josef Pieepper, sobre el sentido de la fiesta).
Hoy es el día de las "Perseidas".
Esa lluvia de estrellas, polvo de estrella, que suele cruzar el firmamento,es un espectáculo singular.
Son, dice la leyenda, "las lágrimas de san Lorenzo, el día de su martirio, no por él, por su muerte o dolor, era por lo necedad de sus martizadores que no sabian distinguir la fuente de la verdad y de la caridad.
Es un espectáculo para las noches de poco dormir y mucho soñar.
El fenómeno de las "Lágrimas de San Lorenzo", lluvia de estrellas, polvo de estrellas, abarca un amplísimo tiempo del verano.
En algunas zonas del hemisferío norte, fundamentalmente, se puede ver desde mediados de julio hasta casi el final de agosto.
Pero el cenit, lo está entre los días 10 y 12 de agosto, las fiestas lorenzanas.
Estos meteoros procedentes de las constelación de Perseus ---hay una leyenda egipcia bellísima, al repecto--, son un juego y un disfrute.
Un disfrute para la vista y un juego para los sentimientos.
Aunque pasan por el universo a mucha velocidad, hay que contar el mayor número posible y pedir que se cumpla un deseo.
Contaban los sacerdotes del dios Ra, en Egipto, que debían ser buenos deseos para el faraón y para el pueblo.
Pero las sacedotisas de Isis, sólo pedían que la barca del dios Ra se viera envuelta en esas lluvia y la noche brillara de forma magnánima.
Que el manto negro de la noche se cubriera de estrellas, de los trozos de la barca del dios Ra.
Isis quería quitarle la preponderancia de la luz y del calor a Ra, el sol, para los egipcios.
Mientras que Isis, era la diosa del gato.Astuta y felina, como ella sola queria ser querida por todos.
Así era, por los navegantes del Nilo, y de las costas de Alejandría.
En la noche las estrellas eran los cicerones de los navegantes.Como son hoy para los regatistas de veleros.
Para disfrutar de ese espectáculo hay que buscar una noche poco luminosa.
Poca luna y menos contaminación lumínica, procedente de las ciudades.
Soñar está muy lejos del progreso y de la ciencia.
Pero se hace necesario, en tiempo de tanta desestructuración moral y social, dejar que el espíritu vuele y busque una feliz esperanza para seguir los caminos, las horas y los días de la vida incierta.

No hay comentarios: